viernes, 16 de septiembre de 2011

Final del verano



Aprovechando que nos acercamos al final del verano y que estamos en el centenario del nacimiento del poeta griego Odiseas Elitis, he decidido dar comienzo al nuevo curso en el blog con una canción de Elefteria Arvanitaki basada en un poema del mencionado premio Nobel.


Όλα τα πήρε το καλοκαίρι

Όλα τα πήρε το καλοκαίρι
τ' άγρια μαλλιά σου στην τρικυμία
το ραντεβού μας η ώρα μία.
Όλα τα πήρε το καλοκαίρι
τα μαύρα μάτια σου το μαντήλι
την εκκλησούλα με το καντήλι.
Όλα τα πήρε το καλοκαίρι
κι εμάς τους δύο χέρι με χέρι.

Όλα τα πήρε το καλοκαίρι
με τα μισόλογα τα σβησμένα
τα καραβόπανα τα σχισμένα.
Μες στις αφρόσκονες και τα φύκια
όλα τα πήρε τα πήγε πέρα
τους όρκους που έτρεμαν στον αγέρα.
Όλα τα πήρε το καλοκαίρι
κι εμάς τους δύο χέρι με χέρι.

Todo se lo llevó el verano,
todo se lo llevó el verano:
tu cabellera salvajemente revuelta en la tempestad,
nuestra cita a la una.
Todo se lo llevó el verano:
tus ojos negros , el pañuelo,
la iglesita con el candilillo,
Todo se lo llevó el verano
y a nosotros dos agarrados de la mano.
Todo se lo llevó el verano
con las medias palabras borradas,
las velas del barco rasgadas,
en medio de la espuma de las olas y las algas.
Se lo llevó todo, se lo llevó lejos:
los juramentos que temblaban en el aire.
Todo se lo llevó el verano,
hasta a nosotros dos agarrados de la mano.


Perdonen que no les de más explicaciones que la traducción. Es que los profesores de la enseñanza pública, además de tener unas envidiables vacaciones, también trabajamos, incluso a las horas que algunos ofendidísimos y honrados trabajadores del país compatibilizan su dura jornada laboral con una intensa y, por lo visto, rentabilísima actividad, poniéndonos a caldo en los foros de opinión de internet.


Espero que a los lectores de este blog el verano no les haya arrebatado nada demasiado valioso y que conserven la ilusión de encontrar y disfrutar la belleza en este mundo cruel. Por ejemplo, la belleza del azul que domina el paisaje griego, al que Elitis dedicó estos hermosos versos:

θέ μου τί μπλέ ξοδεύεις
γιά να μή σε βλέπουμε

¡Dios mío, qué azul desperdiciaste
para que no te veamos!